Música, cine, espectáculos y curiosidades

Murió Arturo Bonín, uno de los actores más respetados por sus pares y adorado por el público

Duro pesar en el ambiente artístico.

Su último trabajo fue en la tira La 1-5/18, pero se inmortalizó a través de trabajos como Yo fui testigo, La señora Ordóñez o Vidas robadas, en televisión; y Bairoletto, Otra historia de amor y Asesinato en el senado de la nación, en cine.

 

Hace sólo unos días, buscaba en su computadora un tutorial para hacer una “mesa especial” en su casa cuando le dieran el alta en el sanatorio. Al mismo tiempo le decía a Susana Cart, su compañera desde hace 45 años, que tenía un proyecto teatral para compartir con ella en junio. Y no paraba de enviarle fotos de su nieta más pequeña a todos sus amigos. Así era Arturo Bonín, no paraba nunca. Pensaba, planeaba, generaba, analizaba... Por eso a lo largo de su extensa labor como actor hizo más de 50 películas, más de 60 obras teatrales, y más de 40 programas televisivos que lo convirtieron en una figura popular adorada por el público. Su salud le jugó una mala pasada los últimos tres meses y, finalmente, se quedó dormido el día de hoy, rodeado de su esposa y sus hijos.

A través de más de 60 años de trayectoria fueron muchos los papeles que le dieron fama y prestigio. En el cine cabe recordar su interpretación protagónica de Enzo Bordabehere, en la película argentina Asesinato en el Senado de la Nación, donde junto a Pepe Soriano (quien encarnaba al también senador nacional Lisandro de la Torre) recrearon los hechos ocurridos durante la presidencia de Agustín P. Justo, que terminaron desembocando en el lamentable asesinato de Bordabehere. También fue un punto de inflexión su trabajo en Otra historia de amor, la ópera prima de Américo Ortiz de Zárate, la segunda película del cine nacional que ponía en un lugar central el inquebrantable lazo afectivo entre dos hombres. “En principio lo que hago es poner en duda todo y después pensar. Pienso que en mi carrera elegí cosas en las que había una búsqueda, aunque no tenía con qué compararlo. Cuando me propusieron hacer Otra historia de amor, yo tenía amigos que vivían en pareja desde hacía 15 años y pensé cómo no iba a contar esta historia si es algo que sucede. Eran personas que tenían que vivir su amor de manera marginal”,

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